martes, 21 de mayo de 2013

UNAS HORAS EN EL PUEBLO




He pasado en Olivares parte del fin de semana. Horas desapacibles de un frío intenso a partir de las puestas del sol. Muy poco público. Por la noche las calles desiertas a la espera de que la climatología se normalice y vayan acudiendo algunos de los que viven, o vivimos, fuera… La noticia por cuanto a la vida del pueblo es la propia de los días crudos del invierno, es decir, que no hay noticia; pero estamos en la tercera decena del mes de mayo y el ambiente debería ser distinto. Desde el barrio del Calvario resulta sorprendente la imagen que ofrecen en la media distancia las aguas del pantano. Todavía les falta mucho para subir al pueblo, incluso para llegar hasta donde llegaron antes. En la foto, como veréis, da la impresión de que las tenemos encima; pero no es así. El campo, en cambio, ofrece un aspecto estupendo, un verde mate en permanente exposición de matices que es una pura envidia.  

miércoles, 15 de mayo de 2013

Las aves del campo español en peligro


 Con este mismo título publico en el periódico "Nueva Alcarria" de Guadalajara esta semana el siguiente artículo que, por considerarlo de interés para las gentes del campo, ofrezco a mis paisanos y en general a todos los lectores del blog.  
"Las hay tan abundantes y sobre asuntos tan variados, que hace tiempo uno dejó de prestar atención a las estadísticas. Da la impresión de que todo lo que existe necesariamente ha de sufrir un inevitable recuento, un dar noticia previo control de cuanto tenemos alrededor, de su comportamiento y clase. Como primas hermanas que son de las encuestas, las estadísticas por parte del público al que van destinadas suelen tener una aceptación,  una credibilidad relativa, tantas veces por su carencia de objetividad, más todavía cuando el hombre como elemento social entra en juego.
            Hoy vamos a hablar de una estadística muy reciente, que no deja de tener su interés aunque el homo sapiens como especie no entre en juego, por lo menos de manera directa, sino una clase determinada de animales que en ningún caso nos son ajenos como parte integradora del ambiente en el que nos desenvolvemos y que, por motivos que se dirán después, están atravesando de quince años a hoy un mal momento. Estamos hablando de los pájaros más comunes del campo español.
            La asociación conservacionista SEO/Birdlife (Sociedad Española de Ornitología) ha hecho públicos días atrás los resultados sobre el desenvolvimiento por especies de lo que podríamos llamar aves menores del campo español, durante ese anunciado periodo de tiempo. Resultado que no deja de ser preocupante si se tiene en cuenta que algunas de esas especies son propias de nuestros campos y que en algunas de ellas el descenso producido es superior al cincuenta por ciento. Con referencia a la primavera de 1998, el descenso del alcaudón real ha sido de un 57 %; el de la codorniz, pieza especialmente considerada por nuestros cazadores, ha sido de un 53 %; la grajilla común, ha desaparecido en un 44 %; la golondrina, falta de nuestros ambientes en un 41 %; y en número menor, pero no por eso menos preocupante, figura el mochuelo, cuya presencia en nuestros campos bajó un 37 %, en el mismo porcentaje que lo ha hecho el cernícalo vulgar, y en un 34 % la cantora calandria. En dicha estadística figura la perdiz roja castellana, de la que su presencia en la actual primavera es un 16 % menor; y el gorrión común, habitante infalible de los huertos y de las calles de nuestros pueblos que, por tener más medios, tan sólo ha descendido en un 5 %.
            Las causas por las que se está produciendo tal fenómeno son varias, y como cabe suponer provocadas por las nuevas maneras de vivir, así como por el desprecio generalizado a la Naturaleza y la falta de respeto a sus leyes inapelables, de lo que antes o después podrá pasar factura. El desarrollo de la agricultura intensiva, la desaparición de una buena parte de la ganadería y el abandono del medio rural, suelen ser algunas de esas causas; y sobre todas ellas, con una incidencia todavía mayor, figura el uso masivo de productos químicos en la agricultura: abonos no naturales y pesticidas, a lo que se debe añadir la práctica de actividades cinegéticas incontroladas, vaciado de nidos y otras artes tan antiguas y tan dañinas como la existencia del hombre sobre la tierra."