viernes, 12 de junio de 2009

BERNARDINO BUENDÍA BELINCHON


Días atrás celebró don Bernardino una misa de acción de gracias en nuestro pueblo con motivo de los cincuenta años de su ordenación sacerdotal , que si mal no recuerdo, tuvo lugar el día 31 de mayo de 1959 en Villamayor de Santiago, con motivo del Congreso Eucarístico Diocesano celebrado en aquella villa manchega.
Don Bernardino Buendía ha ejercido su labor pastoral durante el último medio siglo en las parroquias de Albaladejo del Cuende y Villaverde Pasaconsol, de Ledaña y Casas del Olmo, de Campillo de Altobuey y Paracuellos de la Vega, y finalmente en Quintanar del Rey. En la actualidad atiende la parroquia de Santa Ana en la capital de provincia.
Siempre ha supuesto un motivo de alegría volverme a encontrar, aunque haya sido muy de tarde en tarde, con Bernardino, amigo de juventud. Mis visitas al Seminario de Cuenca en las mañanas de los domingos, siendo estudiante, para pasar alguna hora en su compañía, permanecen tiernas en el recuerdo; también las escapadas al río en bicicleta para bañarnos en vacaciones; y, sobre todo, la marcha a pie por toda la Costa Brava, de Cadaqués a Barcelona, él como asesor religioso del campamento y yo como uno más de los asistentes: la visita al pintor Dalí en su casa de Port Lligat, los bailes de sardanas en las plazas de los pueblos por toda la costa, nuestro encuentro con el viejo cura de Tossa de Mar, Mosén José Soler de Morell, escritor y dibujante, y tantas vivencias más como suelen ocurrir en ese tipo de situaciones, buenas y menos buenas, me han llevado a mantener en favor de Bernardino un cariño especial y permanente.
Con motivo de tan grata efemérides, he vuelto a estar en contacto con él a través del teléfono y del correo electrónico. Hemos recordado cosas, y hemos dado un paso adelante más intentando quitar de la memoria la pátina que van dejando los años de separación. Como persona admirada, respetada y querida por sus paisanos, no podía faltar su presencia en este escaparate al mundo de nuestro pueblo. Enhorabuena al amigo, y a Olivares también; pues siempre es un honor contar entre sus hijos con personas así.