sábado, 17 de diciembre de 2011

FUENTES DEL TÉRMINO (Julián Dominguez) - I I -



(CONTINUACIÓN)

FUENTE DEL PAPA

            Una vez refrescados en Folijes demos marcha hacia atrás, justo otra vez por Hoya Redonda y enseguida saltamos a Camagordo. Tierra de trigales y criaderos de perdices, y a tiro de piedra se ve la que fue fuente del Papa, más que fuente un vallejo de olivos y maleza. La fuente casi nunca existió, un pequeño manantial nacido junto al camino, al pie del cerro de Morrota de Castillejo, promontorio alto con restos arqueológicos. Vivar de conejos y guarida de raposas. Desde este cerro se ve todo el vallejo de Castillejo, término de La Almarcha, y frente a cruzar el valle nos topamos con fuente del Tío Morete, un pequeño huerto al que no merece la pena bajar, ya que se trata de una balsa y un pequeño huerto.


FUENTE DE CASTILLEJO

            Siguiendo ladera adelante, a vuelo de pájaro tenemos la fuente. Agua fresca y abundante. Con ella riegan unos huertos colindantes. Esta fuente originó pleitos y disputas. Primero fue propiedad del Tío Rabote, después, y al hacer un barranco en su finca, se llevó el agua el Tío Rogachón, lo que dio lugar a juicios y peleas. Hoy, al morir los antiguos dueños, todo o casi todo está abandonado.


FUENTE DE CAÑADA HONDA

            Si seguimos ladera adelante, a un kilómetro poco más o menos, llegamos a la fuente. Agua fresca y abundante. Hay una gran alberca donde puedes hasta bañarte. Un hermoso huerto conocido por el huerto de Chute. Antiguamente sólo había un encaño, agujero de topos y escondite de ranas, donde se bebía muy incómodamente. Se le conocía por la fuente del Tío Matután.


FUENTE BLANQUILLA

            Una vez descansado y refrescados, retrocedamos en dirección Norte. Brincando por Cabeza Gorda llegamos otra vez al vallejo de la Olacera, donde nos topamos con la fuente de la Blanquilla, del tamaño de una sartén, de muy lpocos centímetros de hondura, algunas veces llena de ovas y de renacuajos; pequeñas nadaderas brincan por lo alto, y hay también pequeñas larvas de lombriz que se mueven por el fondo. Si por las causas citadas no puedes beber, sigue vallejo arriba y enseguida encontrarás otra fuente.


FUENTE DE LA TÍA PALOMA

            Es de las mismas características que la anterior. Ésta está dentro de la acequia, también muchas veces llena de ovas y sapos. Es agua fresca y dulce como la anterior, pero que te puede ocurrir lo mismo.


FUENTE DEL HUERTO DE SAYAS

            Si brincamos el monte del Templao enseguida llegamos al huerto del Tío Sayas. Verás un valle lleno de maleza y zarzales, algún nogal medio seco y frutales, pero tantas y tantas zarzas y carrizo, que bien podrían anidar los lobos. Si te paras encima de una gran tosca, oirás un pequeño chorro, señal de que la fuente funciona su caño y podrás beber; pero baja con tiento y despacio, que si resbalas puedes quedarte allí para siempre. Refréscate y descansa, que el agua es buena. Sigue después la senda del Robledal adelante, y por la punta del Cerro Gordo llegarás al pueblo, donde bien se merece un descanso.


FUENTE DE LA GUINDALERA

            Si hacemos una tercera salida,  como hizo don Quijote,  por la yesería de Capiro, y carretera adelante cruzamos el puente de la Vega, enseguida llegamos a ella. Pero entonces, si te fijas a unos metros de la carretera, a mano derecha, verás un pequeño huerto y unas grandes higueras. Debajo de ellas hay una pequeña fuente llamada la fuente del Piojo. Muy pocos saben ese nombre. No bajes, que seguramente no podrán beber ni los pájaros. A unos metros tenemos la fuente llamada de la Guindalera. Su pilón está seco, pero es tan vieja como la fuente de las Palomas. Dio de beber en otros tiempos a las recuas de los gitanos, arrieros y caminantes. Su agua fue recia, pero fresca y siempre su pila estaba llena. Hoy está seca y triste, añorando sus buenos tiempos.
            Si cruzamos el huerto del Cartero llegamos al huerto de Chololo, todo cubierto de zarzas y de árboles secos, criadero de conejos y escondite de alimañas. Hay un pequeño manantial, pero es tanta la maleza que no puede beber ni un pájaro. No te desesperes, cruza la rambla y enseguida encontrarás una hermosa fuente.


FUENTE DEL CUERVO

            Ésta sí que es una hermosa fuente. Es fresca y abundante. Hay que beber a morro, mojándote la nariz. Bebe y descansa, porque tardarás en encontrar otra tan buena.
         

FUENTE DEL TÍO PARRA

            Si seguimos camino en dirección poniente, llegamos a la fuente del mismo nombre; seguramente no podremos beber en ella. Estará medio seca, llena de ovas y renacuajos. A todo el paraje se le conoce por el mismo nombre.


FUENTE EL BEATO

            Si seguimos la misma ruta, girando a la derecha llegamos a un pequeño prado, de finos juncos y maleza, y en el centro tenemos la fuente. No es más grande que una sartén, escondite de ranos y topos. Si se tiene suerte podrás beber, de rodillas y a morro.


FUENTE DE LA NUJA

            Ésta es una señora fuente. Está situada en los límites de los términos de Olivares y La Hinojosa, de agua fresca y abundante. Riega los huertos. Discurre por el vallejo del mismo nombre. Tierra de trigal y abundantes codornices. Vierte sus aguas al riato de La Almarcha.


FUENTE DE LA TEJA

            Tenemos que dar media vuelta y girar a la derecha dirección Norte. Después de un buen rato de camino llegamos a la fuente del mismo nombre. Un vallejo de abundante agua. Riegan hermosos huertos en todo el vallejo. La fuente en sí no es muy abundante, pero es cómoda de beber porque siempre tiene una teja como caño.

LA FUENTE MACHOLO

            Si te encuentras cansado y la jornada es algo larga, gira hacia el pueblo. Antes de llegar a la de Macholo encontrarás un huerto conocido como el huerto del Tío Cebollas. Hay una pequeña fuente sin nombre propio, una balsa llena de malezas. No bajes que no merece la pena detenerse. Seguramente no podrás beber en ella.
            Al llegar a la de Macholo no te pares ni busques agua; está medio seca, llena de zarzas y zumaques, plantas que abundan en estos parajes. Y si cansados y con sed llegamos al pueblo, será mejor beberse una cerveza
            Si hacemos otra salida, en dirección Norte, también encontraremos agua abundante y hermosas fuentes. (CONTINUARÁ)  

jueves, 15 de diciembre de 2011

FUENTES DEL TÉRMINO (Julián Domínguez) - I -


            Hoy, y durante algunos días (tres entradas en total) vamos a hablar de fuentes. Como ya anuncié en la entrada anterior, dedicada a los apodos, todo el texto corresponde al cuaderno -desaparecido durante mucho tiempo y felizmente recuperado después- que un buen día me regaló JULIÁN DOMINGUEZ, el Cartero; que incluyo en el blog con muchísimo gusto, y que estoy seguro sería de su mayor agrado si el autor viviese.
El texto es suyo. Su condición de cazador durante muchos años le permitió conocer, paso a paso, hasta el último rincón del término, y, naturalmente, todas las fuentes.

Una aportación cultural interesantísima; más si se tiene en cuenta que han desaparecido en su inmensa mayoría, y que a muchos de los que peinamos canas nos sirve de agradable recuerdo. Vaya, pues, como homenaje de gratitud a su autor ya fallecido en la persona de sus hijos, mis amigos Gustavo y Julián. 

No he añadido ni quitado una sola palabra; únicamente he tenido que retocar algún que otro error, tipo errata mecanográfica, y presentarlo como él me lo dejó. Todo es obra suya .      


FUENTE DE LAS PALOMAS
            Nace en el cerro del mismo nombre. Seguramente en la antigüedad sería una pequeña balsa debajo de una tosca, donde bebían las palomas. De ahí el nombre. Pero el hombre la bajó a la misma carretera e hizo de ella una hermosa fuente. Reina y señora de todas las fuentes del término ¿Quién no ha bebido alguna vez en la fuente de las palomas? Ha visto de todo: gayanes, arrieros y gentes de mal vivir, que acampaban en sus alrededores. Pero hoy, por destino del hombre y de la vida moderna, es la fuente olvidada, porque ya no baja nadie en busca de sus aguas. Todos bajamos a lavar el coche, y huelen sus orillas que apestan, porque sobran los trapos y detergentes, y piedras que los chicos tiran dentro y anidan en su pila los renacuajos ¡Qué pena de fuente!


FUENTE TONTA
            ¿Y tonta por que? Era una pequeña balsa, del tamaño de una sartén de agua fresca y muy fina. Bebí muchas veces al regresa de caza. Está situada al Norte del pueblo, en el paraje del mismo nombre, encina de los Lamparazos, hoy conocido por el Lamparón. Las aguas de su cascada bajan de sus entrañas, que se filtran al desaparecer la misma por efectos de la sequía. La fuente como tal ha desaparecido. Poca gente la conoce.

FUENTE DEL GATO
            Estaba más al Este, en el cerro del mismo nombre, a cien metros de la carretera. Una pequeña poceta de menos de un metro de honda. De ella bebieron el Tío Chato y su familia. Se podría decir que fue el agua de la fertilidad, porque dejaron mucha descendencia. Se servían  de ella porque vivieron en la casilla de peones camineros, llamada el Vivero. Hoy no se conoce ni el sitio.

FUENTE DE LOS PERROS
            Caminado Carretera adelante, dirección Este, llegamos a un paraje conocido por las Lagarteras, a unos cien metros del río Júcar. Pequeña como una gorra. Los perros eran los primeros que bebían, porque llegaban los primeros. Tal vez por eso recibió el nombre. Hoy no hay ni rastro de ella. Algunos residuos manan por la cuneta.

FUENTE DE LOS PRESOS
            Si cruzamos el puente, carretera adelante, nos encontramos con la Caserna. Ruinas de viviendas, mitad penal, mitad casillas de peones camineros. Tenía forma de cuartel, garitas y ventanas por los extremos. Eran según cuentan, casa y prisión de los que hicieron el primer puente. Según la leyenda lo hicieron los presos; tal vez haga un par de siglos. Ya que se hundió en el año 1970. Si seguimos cien metros más adelante, estaba la fuente, hoy desaparecida. Su nombre era que en ella bebían los presos.


FUENTE DEL FRAILE
         Si seguimos río arriba camino de Villaverde, dirección norte a unos cien metros del río y del camino, hallamos varias juncadas y prados, algún pequeño huerto en la ladera, tierra arenosa y guijarreña, señal que sus aguas son finas y dulces. De ella se servían los hortelanos de la Dehesa, donde había varias casillas. Hoy solamente quedan pequeños y finos chorros que vierten por la ladera. La fuente está desaparecida.     


FUENTE DE LA CARRASPÁ
         Tenemos que retroceder por los mismos pasos y llegar nuevamente a la fuente de las Palomas. Cogemos el camino a la izquierda dirección Norte. Nos encontramos primeramente el puente de las Atalayas, y seguidamente el puente del Diablo. Mojón de Gil y a unos cien metros a la izquierda tenemos la que se llamó la fuente de la Carraspá. Ni fuente ni nada. Un prado donde nacía agua sucia y salitrosa. Hoy en la actualidad no hay nada, ni prado ni fuente.


FUENTE DE CALDERÓN
            A vuelo de pájaro desde la Carraspá, nos encontramos con Cabeza la Mota, fuerte de Celtas y Celtíberos, cerro alto con restos de otras culturas prehistóricas, con arcilla abundante y huellas de habitantes. No hay ninguna fuente en el cerro, pero merece la pena que subas. Una vez en lo alto se divisa una gran porción de terrenos, todos ricos en trigales y olivos abundantes. Para recreo de la vista se divisa hasta las aguas del pantano. Hermoso paisaje. Desde la Carraspá y Cabeza la Mota se ve muy bien la fuente de Calderón. Está en mitad de la ladera del cerro del mismo nombre. Ladera abrupta y rocosa. . La fuente se encuentra entre olivos, zarzas y matojos. Son muy pocos los que suben a ella. Sube con tiento, porque si resbalas darás mil teletas por el precipicio. Está debajo de una roca. Agua fresca, pero no muy abundante. Hay que beber en un pequeño caño, unas veces de un canuto de caña y otras de una hoja de higuera. Tiene la ventaja que en su época puedes comer sabrosos higos. Se crían muchos conejos.


FUENTE DE CAÑADA LAS TEJAS
            Volvemos Al pueblo por el mismo camino, y una vez en las Peñazas, cogemos el camino de Alarcón, dirección Sur, cruzamos la Puente Nueva y por una senda, hoy camino más ancho, nos encontramos con la fuente. Un vallejo de pinos y frutales, hermosos huertos, Se le llamó también el Huerto del Cura. Agua fresca y abundante. Paseo en otros tiempos y sitio de recreo. Se hacían en la fuente muchas y buenas “fumatas”, como se dice ahora. Si supiera hablar, cuantas cosas contaría. Hoy sigue igual. Riega hermosos huertos.

FUENTE HUERTO DE LOS SOTILLOS
            La fuente recibe el mismo nombre. Se encuentra a media legua de Cañada las Tejas, camino de Alarcón hacia delante. Fue siempre un rincón rico y agradable, de grandes nogueras y frutales, lugar de conejos y escondite de alimañas. Sus aguas frescas y abundantes. También se hicieron a la sombra de sus nogales grandes ranchos; estos han desaparecido. La fuente sigue igual.

FUENTE DEL MONTE DEL TEMPLAO
            Si seguimos el mismo camino enseguida llegamos al Bosque, como gustaba llamar al dueño y a sus herederos. La fuente no tiene nada de particular, un pequeño manantial y muy fresca, pero poco abundante. Está escondida a la orilla de un corrimiento de tierras que sus dueños llaman la Sima. Los cazadores hemos bebido de ella muchas veces. Buen sitio de caza.

FUENTE SALOBRE
            Siguiendo el mismo camino enseguida llegamos al camino de la Olacera. Cruzando el valle, a cien metros nos encontramos con la fuente. Está escondida entre malezas, fresca y abundante, pero salobre como un rayo. Si llegas cansado la encuentras agradable. También los cazadores hemos comido allí la merienda. En el cerro abundan los conejos, en el valle las codornices.

FUENTE DE LAS ESCANDALOSAS
            Está a tiro de piedra de la anterior, en el paraje del mismo nombre, de recia como su hermana, si no llevas mucha sed no te pares porque enseguida encontrarás otra mejor. Aquí en esta tienes que agacharte y beber en una teja. Es muy incómoda.

FUENTE DEL TÍO ROMANCILLO
            A vuelo de pájaro, dirección Sur brincando la loma, llegamos a la fuente de dicho nombre. Está entre los parajes del Cerro las bolas y Vallejo Molar. Es la mejor de todas. Una hermosa fuente. Bebe tranquilo y descansa. Merece la pena pasar en ella un rato. Hay que beber en un caño limpio y abundante, también hay una pequeña charca en la que pueden refrescarse los perros. Buen sitio de caza. Se crían abundantes perdices y conejos.


FUENTE DE HOYA REDONDA
            Está situada más al Sur, cruzando el vallejo de los Corrales, a medio kilómetro de distancia. Agua fresca y abundante; riega un hermoso huerto y sirve de abrevadero a los ganados.

FUENTE DE FOLIJES
            Si giramos a la derecha, brincando la loma, llegamos al para del mismo nombre donde se encuentra la fuente. Agua muy fresca y dulce. Una poceta del tamaño de un caldero, donde tienes que beber a morro y mojarte la nariz, aunque siempre había escondido entre la hierba un bote con el que bebías cómodamente. Muchas meriendas nos tenemos comidas en ella los cazadores. (CONTINUARÁ)             

jueves, 1 de diciembre de 2011

EL APODARIO DE JULIÁN DOMÍNGUEZ



He celebrado hasta con cierto júbilo el haber encontrado entre mis papeles un cuaderno debidamente mecanografiado, que hace muchos años tuvo la gentileza de regalarme Julián Domínguez, el Cartero, ya desgraciadamente desaparecido. Lo guardé tan bien, que hasta hoy lo había dado por desaparecido.
            Se trata de una verdadera joya. Un estudio sociológico paciente sobre la vida de Olivares a lo largo del siglo XX, tomando como base los apodos de nuestros compatriotas, con la pequeña historia que muchos de ellos suelen llevar anexa.
            Es una pena que se pierdan tantos conocimientos de contenido eminentemente popular; la vida de los pueblos era algo así cuando todos nos considerábamos miembros de una familia común, la del paisanaje; pero pienso que, de momento, es materia todavía delicada; pues hay a quienes el mote, tanto personal como familiar, les pueda sonar como un insulto, cuando no es así. No me importaría colgarlo íntegramente en el blog como una aportación, sin duda valiosa, de nuestro ambiente local de todo un siglo.
            Julián era amigo, gran conocedor de la vida del pueblo, de ahí que al hallazgo le dé, al menos por lo que de mí depende, la importancia que merece. El cuaderno se completa con un estudio pormenorizado de una serie de fuentes (más de treinta) existentes en el término, en su mayor parte desaparecidas, pero que gracias a Julián nos queda el nombre y el lugar donde se encontraban, con algún detalle anecdótico en muchas de ellas, que espero en algún momento colgar en el blog.
            Por cuanto a motes, incluyo algunos de los que cuentan en el cuaderno, con todo el afecto que merece el ser considerados como algo muy nuestro, parte de nuestra pequeña historia, que pienso se debe conservar.
            La transcripción es literal. Solamente me he limitado a corregir algunas erratas:    

                               . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

            EL TÍO PERRETE: Vivió en el barrio del Poyete. Hombre pequeño y parlanchín, tal vez esto le costó algún disgusto. Cuentan los viejos que todos los azotes que se perdían se los encontraba él. No dejó descendencia, ni de apodo ni de bienes.

            DON CARLOS: Su nombre era Mauricio, hijo del tío Chirleras, también cazador como toda la familia; tenía el don de ser pariente de todos los ricos del pueblo. Era hombre muy singular, contaba muchas historias, más inventadas que reales. Pasó a la historia por el más mentiroso del pueblo. Casó con la tía Mauricia. Buena hembra y muy templá. Sabía de todo. Hasta fue partera. Morena de ojos grandes. Se la trajo de la mili donde le contó grandezas y haciendas. Cuentan que al llegar al pueblo le hizo cerrar los ojos; le preguntó que veía, y al mismo tiempo le contestó: “todo lo que ves es nuestro”. Dejó herederos. A un hijo se le conoce por el mismo apodo.

            TOLEA: No se sabe el origen del apodo. Lo único que sabemos es que fue un pájaro de cuenta. Abandonó de muy joven el hogar paterno. Era hijo del tío Julianón. Pasó toda la vida en las grandes ciudades, conoció cárceles y comisarías. Fue perseguido y azotado. Según sus propias confesiones vivió del hurto y de lo ajeno. Su oficio o profesión “maleante”. Siendo ya viejo llegó al pueblo, y en vez de reconciliarse con la familia y convecinos, insultaba y amenazaba a todos. Vivió en una choza o cueva en donde tuvo varias mujeres de su misma ralea. No dejó herederos conocidos, ni falta que hace.

            EL PATAQUERO: El apodo lo heredó de su padre o de su madre; hay un paraje en el término conocido por el huerto de la tía Pataquera. Este hombre tuvo una historia larga de contar. Fue, como dice la copla, “un valiente y leal legionario. Murió con el grado de comandante, Caballero Laureado y Mutilado por la Patria. Su cuerpo estaba lleno de cicatrices, y su pecho lleno de medallas. Se podría escribir una gran historia de sus hazañas guerreras, pero nos limitamos al apodo que ha quedado extinguido.

            EL TÍO VITANGUILLA: Su nombre era Juan José, también apodado Pinchasotas. El apodo Vitanguilla tal vez lo heredó de su padre. Un hombre de pueblo, sin estudios ni carrera, era como un licenciado en estos tiempos. Hacía de todo. Daba clases y conferencias. Hacía hijuelas y testamentarías. No le gustaba mucho el campo, amigo de tertulias y reuniones donde hacia valer sus cualidades de bien hablar y saber. Tuvo siempre un cuñado en casa que trabajaba el campo, y se le conocía por Sordo Pelotas.

            EL PERDÍO: Hijo del tío Ambrosio, que fue hombre serio y muy formal, trabajador y honrado. Se le conoce por El Perdío porque se perdió cuando era chico. Cuentan que lo mandaron a llevar la comida a los segadores, faena ésta que se encomendaba a los chicos llamados olleros. Lo montaron en un borriquillo y resucitó como Cristo, a los tres días, en un pueblo llamado Hontecillas. Al encontrarlo, solamente comentó. “Ya decía yo que aquellas mujeres no eran como éstas”.

            EL TÍO POCACOLA: No se sabe el origen del apodo. Vivió en la calle del Poyete y estaba casado con una hija del tío Peñote. No dejaron herederos del apodo. Cuentan los viejos que, siendo ya mayor, vendió al tío Pascual, éste era un ricote, la orza de los chorizos. De esta venta hicieron los del barrio una coplilla que decía así: “Ya está la orza ajustada, la brincan por el corral, y Pocacola le dice, dame los cuartos Pascual". El tío Pascual era un viejete alegre y dicharachero, y algo burlón; y cuando estaban los vecinos en el barrio tomando el sol, les decía “Voy a comerme un colín”, refiriéndose a un chorizo del tío Pocacola. 

Bien, esto es sólo una muestra. Están registrados más de doscientos apodos. Si alguno de los lectores está interesado en que se añada el suyo o el de su familia, puede hacérmelo saber como comentario a esta página, o por el medio que considere oportuno.