Hace tiempo incluí en el blog una información, creo que cumplida, de Olivares de Duero, un pueblo de la provincia de Valladolid. Ahora es otro Olivares, el de Sevilla, al que dedicamos la presente página por considerarlo de interés para el resto de los olivareños que andamos por el mundo. Se trata del mayor de los pueblos de España que llevan el mismo nombre. Se encuentra a 15 kilómetros de Sevilla y su número de habitantes en este momento supera la cifra de 8.000, lo que lo eleva a la categoría de ser uno más de los grandes pueblos andaluces, aunque por historia, monumentos y costumbrismo, aventaja a muchos de ellos.
De su pasado sabemos que se han encontrado restos romanos cerca de él (también en nuestro pueblo), estando en su término el cerro de Las Cabezas, desde donde se llevó el agua por medio de un acueducto hasta Itálica, ciudad natal del emperador Trajano. El origen de Olivares, por tanto, se fija en el siglo I. No lejos del municipio existe una torre árabe, la de San Antonio, del siglo XII.
De este Olivares ostentó el título de conde-duque don Gaspar de Guzmán, válido que fue del rey Felipe IV, quien se ocupó de dignificar el pueblo y de ordenar la construcción de su iglesia colegial, convertida en abadía en el año 1622. La riqueza de esta iglesia la lleva a ser considerada como una de las más importantes de Sevilla; pues posee, entre otros muchos detalles más que hablan de su pasado esplendor, una imagen barroca esculpida por María Roldán (La Roldana) y algunos cuadros atribuidos a Zurbarán. Otros edificios importantes podrían ser la capilla de la Vera Cruz, del siglo XVI, y el Palacio del Conde-duque de Olivares.
A los olivareños de allí les gusta presumir de una bonita plaza, y a fe que tienen razón. Es de planta rectangular, modelo italiano, y está adornada con naranjos alrededor e impresionantes farolas de hierro fundido, que representan dragones.
Los olivareños de Sevilla son muy amantes de las fiestas. En Semana Santa tienen dos hermandades, con múltiples pasos lujosísimos cada una de ellas: la Veracruz, y la Soledad, que sacan en procesión las tardes del Jueves y del Viernes Santo.
Acuden en romería anualmente a la Virgen del Rocío con sus correspondientes carretas, y en la festividad del Corpus sacan en procesión por sus calles ostentando la Eucaristía una de las más valiosas custodias de toda la tierra andaluza. La Cabalgata de Reyes, dicen los olivareños, que compite de tú a tú con la de la propia capital.
Las fiestas patronales en honor de la Virgen de las Nieves, junto con la feria anual, se celebran en el mes de agosto.
Mientras escribo estas cosas se me ocurre pensar, como idea para la nueva Corporación de nuestro pueblo que salga de las urnas, que sería una buena cosa que a nivel municipal -alcaldes y corporaciones- intentasen hermanar oficialmente nuestros pueblos y establecer entre ellos alguna relación. Con Olivares de Duero lo veo bastante factible, todo es Castilla y los pueblos mantienen cierta semejanza en forma y en carácter. Tengo hasta cierta confianza en que se va a hacer, por lo menos puede hacerse.
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