domingo, 18 de julio de 2010

VAMOS SIENDO MÁS


Los incondicionales de cada verano en el pueblo vamos acudiendo poco a poco. Ya vamos siendo más. Esta mañana me di una vuelta por la piscina y el ambiente era estupendo. Es fin de semana. Llevamos varios días en los que el calor se hace insoportable y la gente busca huir como sea de las altas temperaturas. En mi casa, el termómetro que tenemos en el patio oscilaba hoy, siempre a la sombra, entre los 24 grados de las nueve de la mañana y los 32 de las cuatro de la tarde. Dentro de casa se está bien. Es la ventaja que tienen estas viviendas antiguas, de gruesas paredes de piedra, de techos altos, y de cerca de un siglo de antigüedad.
Los hombres de más edad se juntan en el salón del Centro Social, echan su partida de cartas, se toman el bote de cerveza que sacan de las máquinas, y se cuentan sus cosas. Me han dicho que en invierno la concurrencia es mayor, que hacen baile las noches de los sábados y toman café y vasos de chocolate. Me gusta pasar algunos ratos con ellos, allá a la media mañana cuando estoy aquí. El ambiente es distendido y cordial. Se habla del pasado y la gente lo pasa bien.
El pantano va aumentando su contenido. Algunos aficionados, que por lo general vienen de los pueblos cercanos, se colocan por las tardes en las orillas gastando el tiempo y la paciencia a la espera de que la carpa de turno tenga la bondad de picar. Entre la gente del pueblo se ha perdido aquella afición a la pesca de los primeros años.

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