Esto pudo ser en la década de los años setenta. Después del duro golpe de la emigración que había dejado al pueblo en la mitad de su censo, todavía podrían quedar en Olivares no menos de mil personas. Funcionaban, con buen número de matrícula, cuatro o cinco escuelas de niños y niñas, y había juventud. Entre los mayores de cuarenta años y los menores de esa edad, es posible que el número de habitantes estuviese nivelado.
Como consecuencia de aquel censo de población joven, nada nos debe extrañar que Olivares contase entre lo mejor de los pueblos de la comarca. Todavía lo es, pero ahora con un número bastante inferior de población permanente. Ya por entonces nuestra gente joven comenzó a enamorarse de chicas y de muchachos de los pueblos de alrededor, sobre todo de La Parrilla, lugar con el que los matrimonios de nuestros paisanos y paisanas con chicas y chicos de allí, se cuentan por docenas.
Y teníamos nuestro equipo de fútbol. Creo que ni mejor ni peor que el de los pueblos vecinos con los que solían competir. Se disputaron bastantes encuentros en el campo de Las Columnas, sin que -y esto es importante- entre los equipos rivales se llegase a las manos ni una sola vez, ni siquiera a ninguna de esas situaciones desagradables tan propias de este tipo de eventos deportivos.
Por gentileza de Mercedes, del bar “La Amistad”, puedo ofrecer a los lectores del blog de todo el mundo esta fotografía del equipo local, que seguramente muchos ya conocen por los muchos años que lleva expuesta al otro lado del mostrador. No conozco a todos los jugadores del “Olivares C.F.” que están ahí; pero aun corriendo el riesgo de equivocarme, creo reconocer, entre otros, a Alberto, a Santiago, a Antonio, a Machín, a Piter, a Alfredo, a Ratón, a Jesús, a Manolo…, y a nuestro siempre bien recordado Mario, que en paz descanse, en funciones de entrenador y presidente del equipo. Todos estos jugadores deben de andar hoy entre los cincuenta y los sesenta abriles, si es que alguno, o algunos, no los supera.
Como consecuencia de aquel censo de población joven, nada nos debe extrañar que Olivares contase entre lo mejor de los pueblos de la comarca. Todavía lo es, pero ahora con un número bastante inferior de población permanente. Ya por entonces nuestra gente joven comenzó a enamorarse de chicas y de muchachos de los pueblos de alrededor, sobre todo de La Parrilla, lugar con el que los matrimonios de nuestros paisanos y paisanas con chicas y chicos de allí, se cuentan por docenas.
Y teníamos nuestro equipo de fútbol. Creo que ni mejor ni peor que el de los pueblos vecinos con los que solían competir. Se disputaron bastantes encuentros en el campo de Las Columnas, sin que -y esto es importante- entre los equipos rivales se llegase a las manos ni una sola vez, ni siquiera a ninguna de esas situaciones desagradables tan propias de este tipo de eventos deportivos.
Por gentileza de Mercedes, del bar “La Amistad”, puedo ofrecer a los lectores del blog de todo el mundo esta fotografía del equipo local, que seguramente muchos ya conocen por los muchos años que lleva expuesta al otro lado del mostrador. No conozco a todos los jugadores del “Olivares C.F.” que están ahí; pero aun corriendo el riesgo de equivocarme, creo reconocer, entre otros, a Alberto, a Santiago, a Antonio, a Machín, a Piter, a Alfredo, a Ratón, a Jesús, a Manolo…, y a nuestro siempre bien recordado Mario, que en paz descanse, en funciones de entrenador y presidente del equipo. Todos estos jugadores deben de andar hoy entre los cincuenta y los sesenta abriles, si es que alguno, o algunos, no los supera.
La fotografía es de Paco, un profesional de La Hinojo que por aquellos años andaba por los pueblos realizando, por lo general, con su cámara un buen trabajo.
3 comentarios:
Estimado José,
Navegando por internet, me he encontrado con tu blog, que he leido con interés y me ha sorprendido gratamente.
Te agradezco la referencia a mi tío Santigo.
Animo con la divulgación de nuestro pueblo.
Un saludo cordial.
Luis Domínguez
Luis: Te supongo hijo de Gregorio, que en paz descanse. Tu tío Santiago merecia, cuando menos, este sentido comentario-homenaje. Gracias por tu comentario.
Hola, soy nieto de María de Sotero, me llamo Marcos y soy hijo de su hija pequeña, Pepi. Mis tíos son Paula y Vidal. Acabo de encontrar por casualidad este blog y me he emocionado muchísimo. Tantos recuerdos, tantas historias y momentos vividos. En la foto he reconocido a Antonio, hijo de Gregoria y Amos, que son primos de mi abuela.
Publicar un comentario