jueves, 27 de enero de 2011

FELIZ INVIERNO, AMIGOS


Estoy seguro de que más de dos de los que leáis esto y os fijéis en la fotografía que acabo de colgar, pensaréis que a Pepe se le han acabado los argumentos y que tiene que echar mano a la imaginación para alimentar el blog que, como podéis ver, no se cansa de consumir palabras e imágenes sobre un tema tan concreto como lo es Olivares en todo su contenido, en todo lo que se pueda decir de él.
Es verdad, me queda muy poco que contar, casi nada; pero tampoco quiero repetir siempre las mismas cosas ni estancarme en ideas o noticias parecidas
Son cerca de cien páginas las que van completando el blog con lo hasta ahora expuesto, que para un pueblo como el nuestro es una verdadera pasada. Creo que nunca se ha escrito tanto sobre Olivares, ni se haya podido leer tanto; pues son páginas que llegan a todo el mundo, como podéis comprobar en alguno de los registros que figuran en la parte lateral de la pantalla. En un solo día de este mes de enero contabilicé más de cien entradas, todo un record que jamás hubiese podido imaginar.
Lamento no vivir en el pueblo para estar más cerca de las cosas, de las personas y de los acontecimientos, para vivir el ambiente diario y poder gozar de ellos, como de la fiesta recuperada del Santo Niño de enero, que desde hace algunos años venís celebrando, creo que con toda la pompa y los honores que merece.
Pues bien, todo lo dicho hasta ahora, no es sino un pretexto para justificar la presentación de la imagen que he puesto como cabecera: la bajada en cuesta del barrio del Purgatorio, prueba fehaciente del cambio que en Olivares se ha venido experimentando durante los últimos veinte o treinta años, y que para algunos resultará desconocido, sobre todo para aquellos que desde que se marcharon no han tenido oportunidad de volver. Para ellos principalmente, como Maxi y su señora en Valencia, que se emocionan cada vez que su hijo les pone en contacto con el pueblo a través del blog, va esta página.

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