Los amables visitadores del blog, que os supongo olivareños la inmensa mayoría, me estaréis echando mala fama sin que os falte razón, por tenerlo un poco abandonado últimamente. Es tanta la información que va incluida dentro de él, que los temas acaban por agotarse, sin encontrar apenas nada que contar aparte de lo ya dicho, que realmente valga la perna.
A pesar de todo, mi esposa y yo hemos vuelto a instalarnos en Olivares para una buena parte del verano, donde, como cabía esperar, tampoco hemos encontrado nada importante que reseñar excepto el interés por volver a estar en contacto con vosotros. El calor tampoco es excesivo, y la gente sigue saliendo por las noches a tomar el fresco en las puertas de sus casas siguiendo la costumbre. Hasta el momento no somos muchos los que nos hemos incorporado al verano en el pueblo. Seguramente en agosto seremos más.
Como justificación a lo dicho me ha parecido oportuno ofreceros un par de fotografías que a los que vivís lejos de Olivares y no lo visitáis con la frecuencia que fuera vuestro deseo, tal vez os toque un poco el nervio de las nostalgias, sobre todo a los que vivisteis el ambiente del pueblo en tiempos ya lejanos, cuando todo era distinto a como es hoy.
Una de las fotografías la tomé precisamente ayer, en el mercadillo de los miércoles, que en verano aumenta su interés con un número mayor de puestos de venta en el Lejío y en sus calles contiguas.
La otra está cogida antesdeayer. Es una vista del pantano, que ha llegado a alcanzar niveles importantes como podéis ver, y que ha aumentado bastante su contenido desde la última vez que pasé por aquí. Está tomada desde el puente nuevo de la Perca, en la carretera de Villaverde, que muchos de vosotros reconoceréis quizás por el detalle de la columna inundada por el agua. El puente de la Caserna en la antigua carretera, es muy posible que se encuentre a dos o tres metros por debajo de la superficie del pantano.
A pesar de todo, mi esposa y yo hemos vuelto a instalarnos en Olivares para una buena parte del verano, donde, como cabía esperar, tampoco hemos encontrado nada importante que reseñar excepto el interés por volver a estar en contacto con vosotros. El calor tampoco es excesivo, y la gente sigue saliendo por las noches a tomar el fresco en las puertas de sus casas siguiendo la costumbre. Hasta el momento no somos muchos los que nos hemos incorporado al verano en el pueblo. Seguramente en agosto seremos más.
Como justificación a lo dicho me ha parecido oportuno ofreceros un par de fotografías que a los que vivís lejos de Olivares y no lo visitáis con la frecuencia que fuera vuestro deseo, tal vez os toque un poco el nervio de las nostalgias, sobre todo a los que vivisteis el ambiente del pueblo en tiempos ya lejanos, cuando todo era distinto a como es hoy.
Una de las fotografías la tomé precisamente ayer, en el mercadillo de los miércoles, que en verano aumenta su interés con un número mayor de puestos de venta en el Lejío y en sus calles contiguas.
La otra está cogida antesdeayer. Es una vista del pantano, que ha llegado a alcanzar niveles importantes como podéis ver, y que ha aumentado bastante su contenido desde la última vez que pasé por aquí. Está tomada desde el puente nuevo de la Perca, en la carretera de Villaverde, que muchos de vosotros reconoceréis quizás por el detalle de la columna inundada por el agua. El puente de la Caserna en la antigua carretera, es muy posible que se encuentre a dos o tres metros por debajo de la superficie del pantano.
1 comentario:
Hola, buscando información sobre mi familia y antepasados, he caído en su blog. Me parece una gran labor la que hace.
Me gustaría ponerme en contacto con usted para saber si pudiera ayudarme a saber un poco mas sobre el pueblo y mis raíces.
Gracias
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