lunes, 23 de junio de 2014

CORPUS CHRISTI 2014




Se lo había prometido a Mercedes, la esposa de Julián Jiménez, que en la fiesta del Corpus de este año, ellos y el altar de su casa al paso del Señor por las calles del pueblo, desempeñarían un importante papel en la correspondiente entrada del blog con referencia a ese día. A Paquita y a mí nos gusta pasar la Fiesta del Corpus en Olivares, entre otras cosas por tratarse de una fiesta que, por cuanto a su carácter religioso, se vive con un importante sentido de la responsabildad, como no debería ser de otra manera. El hecho de que el Señor, la Segunda Persona de la Santísima Trinidad, al que tenemos como Patrón en su advocación de Niño, salga por nuestras calles, y que la gente le agasaje siguiéndolo en la procesión, es algo que dice mucho a favor del pueblo; de ahí que sea uno más de los motivos de orgullo para nosotros, que la gente demuestra cada año con los pequeños altares que tienen por costumbre instalar en las puerta de sus casas, y que en esta ocasión han sido ocho, a cual más lujoso, más piadoso y más bonito.

        Pues bien; con lo que no contaba yo es que una circunstancia, muy feliz por cierto, como es el recibir el Sacramento de la Eucaristía por primera vez uno de mis sobrinos, en Valverde, nos iba a impedir acompañar al Señor en ese día por las calles de Olivares, si bien, lo hicimos también de mil amores, por las calles de Valverde; aunque uno echó en falta los altares, los cánticos devotos de nuestra gente, y el fervor de los olivareños en torno a la Eucaristía bajo palio, en esta ocasión portada por don Daniel, nuestro joven párroco.


        Que haya podido salvar la situación como si nada hubiese ocurrido, se lo debo agradecer, también en nombre de nuestros habituales lectores, a José Camacho, un rendido enamorado de nuestro pueblo que estuvo por allí, y me ha enviado, puntual por email, unas cuantas fotografías tomadas en la mañana de ayer, de las cuales he cogido dos, que son las que aquí se exponen; a saber: una instantánea de la procesión, al iniciar la bajada por la puerta del Cura, y una simpática pose al lado de a su altar, de Mercedes junto a otras amigas y familiares, con lo que me ha sido posible cumplir mi propósito. José Camacho es yerno de Venancio y de Francisca, al que con su mujer y otros familiares solemos encontrar por el pueblo con relativa frecuencia, sobre todo en verano y en algunos fines de semana.

        La tercera de las fotos es la de un niño de Primera Comunión, Mario, el nieto de mi hermana Pili y de mi cuñado Jesús, hijo de Luis y de Olga, sus felices padres; un chaval sencillamente fantástico, de sobresaliente en el colegio y, con un poco de suerte, futuro jugador del Real Madrid, con cuyos infantiles se entrena. Un niño con un sentido de la responsabilidad impropio de su edad, y apasionado por lo que la gente llama el deporte rey; lo que demuestra la foto que ayer le hice en la puerta del restaurante en el que comimos, y donde, como bien se merece, recibió el homenaje cariñoso de una buena parte de su familia, hasta la tercer generación, entre los que me cuento.        

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