domingo, 19 de octubre de 2008

OLIVARES EN EL MADOZ


OLIVARES EN EL MADOZ

A mediados del siglo XIX, un jurisconsulto navarro, Pas­cual Madoz, nacido en la ciudad de Pamplona el año 1805, empren­de la costosa tarea de recoger en un soberbio diccionario todos los pueblos, aldeas, villas y ciudades de España, valiéndose de los datos que de cada una de ellas le iban proporcionando los eruditos del lugar (secreta­rios, maestros, sacerdotes, mé­dicos...) y que un nutrido equi­po de redactores, pagados por él, iban colocan­do en el sitio correspondiente hasta completar la obra. Se publicó con el si­guiente título "Diccionario Geo­gráfico-Estadístico-Histórico de España y sus posesiones de ul­tramar". En la página 243 del tomo número doce, publicado en Madrid el año 1849, aparece la referencia a nuestro pueblo, que, por resultar muy ilustrati­va e interesante, merece la pena transcribir íntegra. Dice así:

«OLIVARES: villa con ayuntamien­to en la provincia y diócesis de Cuenca (6 leguas), partido judi­cial de San Clemente (6), au­diencia territorial de Albacete (15) y capitanía general de Cas­tilla la Nueva (Madrid 21). Si­tuada sobre una eminencia en terreno pedrego­so y dominando una vega de pan llevar. El clima es templado, combatido por los vientos del Norte y el Este, y muy propenso a calenturas inter­mitentes. Forman la población 298 casas de mediana construc­ción y a propósito para la ocu­pación de sus moradores; hay una fuente de buenas aguas de la que se surte el vecindario; escuela de ambos sexos concurrida por 40 niños y 20 niñas, dotado su mae­stro con 1.500 reales anuales; la iglesia parroquial bajo la advocación de Nuestra Señora de la Asunción está servida por un cura de término y un presbítero para los caseríos anejos de Don Benito, Casa Blanca, aldea de Ucero y los molinos denominados Olivares, Marqués y Licenciado. Dentro de la población hay una ermita con la advocación de San Roque, y otra fuera bajo la de San Bartolomé, distante 500 pa­sos al Oeste. Confina el término por el Norte con la Parrilla; Este Valverde; Sur la Almarcha, y Oeste Hinojosa. El término es bastante quebra­do, sin que por esta razón deje de ser producti­vo; parte de él cruza el río Júcar que corre de Norte a Este y tiene un buen puente en el término. Al Este de la población hay un monte poblado de mata baja, del que se surten de leña. Los caminos son locales y su estado malo, a excepción de la carretera que lleva el correo de Madrid a Valen­cia, cuyo estado es regular. Para el servicio de aquel hay casa de postas con 5 caballos. La correspondencia se recibe de la administración de Tarancón, miércoles, viernes y domingos, y sale martes, jueves y domingos. Produce trigo, ceba­da, centeno, avena, azafrán, fruta y vino; la cosecha de más importancia es la de vino. Se cría ganado lanar y algún ca­brío. Caza de liebres, perdices y conejos, y pesca de loinas, barbos, algunas truchas y angui­las. Industria: la agrícola y dos molinos harineros, cuyo es­tado es floreciente, impulsados por las aguas del Júcar. Comer­cio: la exportación de algunos granos y frutas, vino y azafrán. Población: 282 vecinos; 1,122 almas. Capital en productos: 2.691­.000 reales; imponible, 134.550. El presupuesto munici­pal asciende a 6.000 reales, y se cubre con el fondo de pro­pios, pagando de aquella canti­dad 1.500 reales al secretario del ayuntamiento.»


(La fotografía pertenece a un altorrelieve tallado sobre la piedra en el muro norte de la iglesia, dentro del cementerio viejo. La fecha señalada en él es del año 1738, y las dos flores de lis, pienso que están tomadas del emblema familiar de los Borbones, cuyo primer representante, Felipe V, reinaba en España en aquel momento.)

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